VITAMINAS Y MINERALES

 

 

 

 

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Ácido Fólico
Su presencia es imprescindible en los procesos de división y multiplicación celular. Participa, junto con la vitamina B12, en el crecimiento y maduración de los glóbulos rojos, en la síntesis del ADN, la proteína que compone los cromosomas y que recoge el código genético que gobierna el metabolismo de las células, por lo tanto es vital durante el crecimiento. Interviene en el metabolismo de las proteínas y en la formación de los ácidos nucleicos (DNA y RNA), los portadores de nuestras características hereditarias.


El nombre de ácido fólico procede de su extendida presencia en las hojas de los vegetales, tales como espinacas, lechuga y otras hortalizas de hoja (en latín folia significa hoja). También la coliflor, la remolacha roja, las judías, los garbanzos y los cereales integrales son buenos suministradores de ácido fólico. La carne, en cambio es pobre abastecedora de esta vitamina, exceptuando el hígado y los riñones.
El déficit de ácido fólico en la alimentación se manifiesta de forma bastante similar a las carencias de vitamina B12 (anemia megaloblástica) así como alteraciones en las mucosas respiratorias, vejiga y matriz.

 

Previene la aparición de úlceras bucales y favorece el buen estado del cutis. También retarda la aparición de las canas, ayuda a aumentar la leche materna, protege contra los parásitos intestinales y la intoxicación por comidas en mal estado.
Es imprescindible en los procesos de división y multiplicación celular, por este motivo las necesidades aumentan durante el embarazo (desarrollo del feto). En el embarazo las células se multiplican rápidamente y se forma una gran cantidad de tejido.

 

Esto requiere bastante ácido fólico, pues estados deficitarios favorecen la aparición de abortos, malformaciones fetales e incluso esterilidad, razón por la que es frecuente una deficiencia de este elemento entre mujeres embarazadas.


Es un factor antianémico, porque es necesaria para la formación de las células sanguíneas, concretamente, de los glóbulos rojos Su carencia se manifiesta de forma muy parecida a la de la vitamina B12 (debilidad, fatiga, irritabilidad, etc.). Produce en los niños detenimiento en su crecimiento y disminución en la resistencia de enfermedades. En adultos, provoca anemia, irritabilidad, insomnio, pérdida de memoria, disminución de las defensas, mala absorción de los nutrimentos debido a un desgaste del intestino.
El ácido fólico es una vitamina muy sensible a la luz y al calor, a la vez que se disuelve fácilmente en agua, por lo que se pierde gran parte al dejar los alimento en remojo o al someterlos al procedimiento de cocción. Las necesidades de ácido fólico aumentan durante el embarazo, la lactancia y la infancia, así como en las personas alcoholizadas.
La toma de esta vitamina se prescribe de forma preventiva en embarazadas y durante la lactancia, en alcohólicos, ante ciertos tipos de anemias y en quienes toman medicamentos que afectan negativamente su utilización (onavulatorios, antiespasmódicos, etc.).

La cantidad recomendada por día es de 200 miligramos (mg).
Alimentos ricos en vitamina ácido fólico, cantidades expresadas en mg por cada 100 gramos del alimento:

           

Almendras

96

Huevo

13

Arroz (integral)

13

Lechuga

1.250

Boniato (cocido)

140

Levadura

1.010

Brécol (cocido)

110

Perejil

260

Cacahuete

110

Salvado

94

Col (Cruda)

90

Soja

68

Coles de Bruselas (Cocidas)

110

Tomate

330

Endibia

116

Zanahoria

410

Escarola

330

Huevo (yema)

21

Espárragos

110

Levadura (Extracto)

240

Espinacas (cocidas)

140

Pan blanco

56

Guisante

20

Trigo (germen)

8

                                                              

Otros alimentos que la contienen:
Vegetales Verdes, Champiñones, Legumbres, Naranjas, Cereales, Hígado, Nueces

Estructura del Ácido Fólico:

 

 

 

VITAMINAS